El taconazo de Iniesta


Corre el rumor que después de un taconazo de Iniesta  en el Camp Nou en el minuto 1 en un partido contra el Levante (o era el Eibar?), me levanté de mi asiento para irme. Ese gesto de Iniesta lo justificaba todo. No hacía falta ver nada más. Es uno de aquellos momentos que producen el murmullo del Camp Nou, ese zbzbzbzbzbzbzzbbz, o grgrrurrurgrgrgr. Los murmullos del Camp Nou los descubrí conscientemente un día que Laudrup controló un balón, o mejor dicho un melón, que había ido tan alto que antes se puso la mano en la frente a modo de visera para que el sol no le molestase, en esos días felices que el fútbol se jugaba a las 5 de la tarde. Volviendo al taconazo de Iniesta, ese día me volví a mi asiento para no dejar solo a mi cuñado Olman y su libreta.

Ayer estaba leyendo “Salvaje Oeste” de Juan Tallón y experimenté la misma sensación. En la página 65, en el comienzo del capítulo 5, cerré el libro y dije que ya no quería leer más. Esa página era la página perfecta, pura belleza. La diferencia entre ver un partido de fútbol en directo y leer un libro es que éste puedes releerlo las veces que quieras. Y así me pasé media tarde, releyendo esa página. No me lo pude aguantar y hasta expresé en alguna red social que “quería vivir en esa página”. Podría explicar los “por qué” de esa página, de esos párrafos, de esas frases, incluso transcribirlas aquí, pero igual que un taconazo de Iniesta debes verlo y sentirlo tú mismo. El arte tiene estas cosas.



Comentarios

  1. Tendré que buscar ese taconazo. O aquella libreta.

    Podríamos vivir en una página así: en bucle.

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    Respuestas
    1. Podríamos vivir en bucle en los gestos de Iniesta, de Laudrup, de Romario, de Guardiola, de Xavi y hasta de Maradona, pero los tenemos todos en Messi...

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